Si Yahoo hubiera querido hacer una
encuesta por los años 70 cual país dentro del continente sur sería
el más apropiado para ofrecer la conjunción de que una mujer
pudiera penetrar en el mundo de la aviación comercial de pasajeros
de línea no hubiera podido dar la respuesta que yo viví en Colombia
y de la cual me convertí en protagonista No. 1, sin saberlo, sin
tenerlo en cuenta siquiera.
Por qué?
Porque se dio como amanecen los días, como el sol nos brinde su
calor hacia cada rincón de la tierra por nuestro movimiento en torno
de el constantemente.
Tal vez, porque ya arrojados alemanes
pusieron la primera piedra para que este país tuviera un arranque de
aviación certero, pudiera tener una base concreta, con esa seriedad
que se les atribuye a la raza germana de la cual formo parte yo.
Pero yo emergí de ámbitos no
técnicos, sino solo intelectuales con una connotación aristocrática
por excelencia, que no me mostró nunca lo que pretendía ser. Por
eso me juré ser auténtica e integra como única meta en la vida y
para eso se me dio este panorama.
Fuente: www.elchenque.com.ar
Empecé el 1 de Septiembre de 1970 en
SAM, Sociedad Aeronáutica de Medellín Consolidada como Copiloto de
DC-4, Lockheed Electra 188 para luego pasar a AVIANCA y con el mismo
contrato de trabajo volar el Jet Boeing 727 poniéndome la
providencia delante de Emely Warner, la primera de Estados Unidos de
América.
Para forjar eso en primer
lugar me decidí a ser madre de vuelta, decisión que me costó mi
muy luchada carrera. Dejar sentado que la más acertada emancipación
femenina es ser madre se me convirtió en el punto de partida para
llegar a una interpretación clara, en cuánto el parámetro de
nuestra existencia está muy puesto en duda. De allí salté a la
auténtica concepción de “Lo natural” pudiendo ahora si
convertirme en Reportera Ecológica Sudamericana, única en su
género, puntual y preciso en su concepto, aguda en visión y
accionar.
La constante discriminación por parte
de mis compañeros que no aceptaron de buena manera mi presencia
nunca me permitió ascender, buscándome la caída a cada momento.
Esto forjó mi espíritu, esto me hizo poder cumplir a más cabalidad
con mi propósito de ser auténtica e integra, carrera que todavía
no veo cumplida. Pero cuando entendí que la más eficaz manera de
emancipación femenina es ser madre, perdí esta tan luchada carrera
para ahora ofrecer la otra, aquella de entender y vivir ser humano
por comprender la magnánima verdad de ser espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario